Un comienzo del año tranquilo
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Del 2 al 17 de enero de 2020, de Santiago a Temuco
En el camino a la capital del surf
El 2 de enero salimos de Santiago, capital de Chile, con Marion y Benoit, Sylvain nos acompañaras màs tarde. Dejar una gran ciudad siemprees difícil y tendremos que viajar 35km para salir por completo de la ciudad.
Al final del día conocemos a Mochuan, un haitiano que huyó de su país tras los desastres naturales. IEs el guardián de una paroquia y nos ofrece un lugar para poner nuestras carpas.
Durante toda la semana conduciremos por una ruta bastante corriente con paisajes similares a los de Francia. Aquí los campos esperan la cosecha del trigo y nos ofrecen sus colores ocres. Encontramos la costa del Pacífico y también Stéphanie y Émilie dos mujeres francesas que ya habíamos conocido en Santiago. Ahora estamos un grupo de 7 personas.
Nuestra ruta nos llevará desde Litueche hasta Pichilemu, la capital mundial del surf. Un lugar donde el Pacífico ofrece a los surfistas magníficas olas para practicar su deporte favorito.
El fin de semana termina en Bucalemu un pueblo de pescadores. Estos últimos, cada vez que se hacen a la mar, deben atravesar los terribles vaivenes de las olas del Pacífico a riesgo de que sus barcos vuelquen. A su regreso, venden el producto de su pesca directamente en la playa. Dormimos frente al océano que está constantemente rugiendo.
Encontramos Stéphanie y Emilie
Encuentro con la televisión
El martes 7 el grupo continúa su viaje al borde del Pacífico. El camino ha cambiado y nos encontramos con senderos con porcentajes acentuados. Pero es sólo alegría, el espectáculo es magnífico y el ambiente agradable.
Dato del día: Durante nuestra visita a la región del Maule, un canal de televisión local nos filmó. Empezamos a ser famosos, cuando una película en todas las pantallas del mundo.
Por la tarde acampamos frente al mar en una duna. El sonido del mar nos mecerá toda la noche.
Los días siguientes nuestra ruta nos lleva de Constitución a Quirihué. 4 días de ciclismo por el océano y el interior de Chile. El curso es ameno pero sin particularidad. Encontramos algunas dificultades para instalar nuestras carpas de lona.
Pequeña alegría de Chile, es la temporada de las cerezas y fresas que podemos comprar al costado del camino y comer en grandes cantidades.
En Quirihué la policía nos encontró una cancha de fútbol para armar nuestras carpas y, como guinda del pastel, nos escoltó hasta el pueblo con las luces intermitentes de sus vehículos.
Saber todo en los bomberos
Domingo 12, esta mañana la carpa está muy mojada, normal dormimos en el pasto. Continuamos nuestro viaje en un paisaje que aún se parece tan erróneamente al de nuestra Francia.
Esta noche dormiremos en un parque de bomberos especializado en incendios forestales. En Chile son todos voluntarios y sin remuneración alguna. A través de las discusiones que tenemos con ellos, podemos medir la motivación y la energía que ponen en sus actividades, qué tan ricos son estos intercambios. El único inconveniente de dormir en un cuartel es el sonido de la sirena, que puede sonar a cualquier hora del día o de la noche.
Los siguientes días nos llevarán a Huepil, donde también dormiremos con los bomberos en un cómodo departamento.
87 años y todavía muy alerta
Miércoles 15, el viento sopla fuerte, de frente y de costado. La situación es algo peligrosa. Es necesario extremar la vigilancia para no caer. El tráfico es denso y muchos camiones nos adelantan con bastante rapidez provocando llamadas de aire.
Los chilenos amamos a los ciclistas, hoy una familia nos detuvo para conversar y ofrecernos fruta. Terminamos nuestro día con Raquel, una señora de 87 años. Ella nos recibe en su casa en el campo. Tiene una familia numerosa de 7 hijos y 14 nietos y muchos bisnietos más. Aunque no sabe leer ni escribir, es una señora con un gran corazón, un momento impresionante de compartir.
El viento cada vez más violento
Jueves, el viento sopla muy fuerte, ya que no hemos experimentado mucho desde nuestra partida. Un día muy duro, con este viento dando en los oídos y acabando por dolerme el cráneo. Siendo tal el cansancio moral que esta noche paramos en Angol para buscar alojamiento.
Durante la noche se produjeron incendios, esta mañana el viento amainó. Atravesamos zonas devastadas por el fuego y todavía hay mucho humo.
El viernes terminamos nuestro día en Temuco, donde interrumpimos nuestro viaje por unos días por motivos familiares.
Del 1 al 17 de enero de Santiago a Témuco recorrimos 889 km.